Planificación patrimonial Andrew Grant

Estate Planning - Spanish

Para muchos estadounidenses, los dos activos (assets) más valiosos que poseen son sus casas y su IRA u otras cuentas de retiro. Planear qué hacer con la casa al morir puede ser un desafío aquí en Florida, con las complicadas reglas de propiedad de Florida, pero generalmente hay una manera de resolverlo. Sin embargo, planificar qué hacer con un IRA al morir se volvió mucho más complicado debido a la reciente legislación federal.

En 2019, el Congreso aprobó la Ley SECURE (SECURE Act), a partir del 1 de Enero de 2020, y en 2022, el Congreso aprobó la Ley SECURE 2.0, a partir del 1 de Enero de 2023. De las dos, la Ley SECURE 2.0 es más benigna, ya que prolonga la fecha en que un propietario de IRA debe comenzar a tomar distribuciones mínimas, aumenta las contribuciones adicionales de actualización para personas mayores de 60 años y reduce la sanción por no tomar la distribución mínima requerida si el propietario corrige el error a tiempo, entre otras cosas.

La primera Ley SECURE, por otro lado, puso patas arriba muchos planes patrimoniales porque eliminó la capacidad de los padres de dejar sus cuentas IRA a sus hijos, quienes luego podrían sacar distribuciones de la cuenta IRA heredada durante su vida. En cambio, a partir del 1 de Enero de 2020, los beneficiarios no calificados (es decir, los hijos) deben retirar la totalidad de la IRA heredada al final del décimo aniversario del año de la muerte de los padres. Para empeorar las cosas, el IRS ha emitido regulaciones propuestas que requerirían distribuciones anuales para la mayoría de las cuentas IRA heredadas durante diez años en lugar de permitir que la cuenta IRA crezca libre de impuestos durante diez años antes de cobrarla de una sola vez.

Estas nuevas reglas no se aplican a las cuentas de jubilación que se dejan a cónyuges, personas discapacitadas, hijos menores (hasta que cumplan 18 años) o personas que no sean más de diez años menores que el titular de la cuenta, pero ese es un grupo bastante limitado de lo que constituye un “beneficiario calificado”. Para aquellos que desean dejar sus cuentas de jubilación a sus hijos, es posible que se requiera una planificación especial.

La mayoría de los hijos estarían de acuerdo con un período de distribución de diez años para un IRA heredado. Es dinero adicional cada año durante diez años e impuestos adicionales, pero a menos que la cuenta de jubilación sea muy grande, no debería afectar su tasa de impuestos. El problema surge cuando el beneficiario tiene problemas que indican que una gran inyección de efectivo en sus bolsillos no sería una buena idea, como una simple mala administración del dinero o algo más grave como problemas de dependencia o adicción.

Para esas situaciones de circunstancias especiales, la planificación previa a 2020 normalmente sería dejar el IRA en un fondo fiduciario (trust) para el beneficio del hijo(a). Las distribuciones mínimas fluirían al fondo fiduciario basadas en un promedio de años de vida, y el fideicomisario (trustee) desembolsaría esos fondos o los retendría para usarlos según sea necesario para el beneficio del hijo(a). Bajo las nuevas reglas para un período de desembolso de 10 años, dichos fondos fiduciarios tienen consecuencias.

Los fondos fiduciarios (trusts) que se requieren la distribución anual al beneficiario, tal vez, estarán poniendo más efectivo en manos del beneficiario de lo que pretendía el padre. Los fondos fiduciarios (trusts) que están diseñados para retener las distribuciones y pagarlas solo según sea necesario incurrirán aumentos significantes de impuestos porque los fondos fiduciarios (trusts) alcanzan el nivel de impuestos más alto que es el 37% sobre cualquier ingreso superior a $14,450.

Es un dicho común entre los abogados fiscales que no dejen que “la cola de los impuestos mueva al perro”, lo que significa que no hagan planes basados únicamente sobre las consecuencias fiscales si algún otro arreglo tiene más sentido. Con las cuentas IRA, la planificación patrimonial debe centrarse en lo que es mejor para el beneficiario, pero también es necesario comprender las consecuencias fiscales para que pueda tomar una decisión informada sobre cómo estructurar su plan patrimonial.

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